Espero que entre las mil condolencias por la muerte del Papa de todo movimiento progresista que se precie (en serio, hasta el sindicat de manterxs, que se llegó a ver con Francisco incluso) y los titulares locos sobre las quinielas, como el que afirma que el nuevo Papa podría ser badaloní o la entrevista en la que el modesto arzobispo se descarta para ser Papa, pudierais descubrir, si no lo habíais hecho ya, a Cristina Rivera Garza, pregonera de Sant Jordi. Dicho esto, lo que sospechábamos, se confirma: se publican libros por encima de nuestras posibilidades de leerlos con 89.300 en España en 2024: ya pasa como en Hollywood con los guiones, las editoriales publican por miedo a que si no lo hacen ellas, el posible e hipotético mérito se lo pueda llevar la competencia. Al revés pasa con los edificios públicos de Barcelona: cinco años después de que un informe señalara las decenas de inmuebles vacíos que se podrían usar para empresas locales, el Ayuntamiento sigue sin aprovecharlos como tocaría. En otras alegrías primaverales: vuelve el agua a las bonitas fuentes ornamentales, dos perras entran a un instituto de alta complejidad para mejorar el estado emocional de los alumnos. Y he estrenado ya la temporada de baño en la Barceloneta, por lo que queda poco para que nos estemos quejando de puto calor. A disfrutar mientras.